viernes, 1 de febrero de 2008

Notas "similares", pero no iguales


El Universal de México anuncia con bombo y platillo en su primera plana de hoy "Alistan golpe a imperio Simi". Supongo que el sujeto al que el alistan se refiere, tras leer la pobrísima nota, es el gobierno federal (es el pésimo hábito de gran parte de la prensa mexicana de obviar el sujeto).
Simi, para aquellos que no viven en México, se refiere a una gigantesca cadena de farmacias en el país propiedad de un colorido personaje -- con intenciones presidenciales -- que se llama Víctor González Torres. Sus farmacias venden medicamentos "similares", los cuales son parecidos mas no iguales a medicinas de patente. A diferencia de los genéricos no tienen el mismo componente activo, sino un similar. Las farmacias se han convertido en una verdadera opción para las clases populares porque los medicamentos cuestan mucho menos que los genéricos o los de marca, aunque sus cualidades curativas están a debate.
Según está nota, el gobierno federal limitará la clasificación de fármacos a sólo dos tipos, dentro de los cuales no están los similares, por lo que vislumbran el fin de la cadena de farmacias. El diario abunda más sobre el asunto en su carta editorial, con lo cual da tratamiento de exclusiva a la nota.
La nota de El Universal es pobrísima por muchas razones (no dice, por ejemplo, cuántas farmacias tiene González, o qué carambas es una medicina similar), pero sobre todo porque no hablaron con la gente de Simi.
Aun peor, haciendo una simple búsqueda encontré esta nota de Reforma donde dice: "Anticipándose al proceso de renovación de registros sanitarios, que entrará en vigor a partir de 2010, Farmacias de Similares ya inició con la conversión para obtener el certificado de Genérico Intercambiable (GI)." O sea, que la empresa ha estado trabajando para evitar caer fuera de las nuevas clasificaciones.
Una regla básica, muy básica, del periodismo es hacer una búsqueda de notas que se hayan publicado sobre el tema a tratar; otra, igual o más importante, es hablar con todos los involucrados en el asunto para darles oportunidad de defenderse o expresar su punto de vista. O, aún mejor, para que con la información que nos den evitemos hacer el ridículo.

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