jueves, 17 de abril de 2008

Desempleados o desamparados, ¿y el futuro qué?

Hay una obsesión en la prensa estadounidense -- sustentada en una cruda realidad -- por cubrir, hablar y regodearse en la crisis de la industria.
"Get over it", como dirían por estas tierras.
Es momento ya de cambiar el tono del diálogo. Sí, el año pasado se perdieron más empleos en esta industria que en cualquier otro momento desde que ASNE comenzó a contabilizar los recortes. El número actual de personas trabajando en periódicos cayó a 52,600, a niveles de 1984.
Trágico, sin duda. Yo mismo he sido "víctima" de esto. No hay trabajo en los medios en EEUU y hay tanta oferta de mano de obra que un extranjero se encuentra en enorme desventaja para encontrar trabajo. Ni modo. Buuuuuu.
Fucked Company -- perdonen el lenguaje, pero así se llama -- era un sitio que en los años 2000-2001 se dedicaba a contabilizar todos los despidos en el sector después de que estalló la burbuja de Internet.
Siento que eso es lo que muchos están haciendo: obsesionados por los despidos, no dan soluciones.
Cierto es que en EEUU por fin ha comenzado una discusión más productiva sobre qué y cómo hay que hacer para que las empresas de medios superen este bache. Pero creo que falta tomar mayores riesgos, ser más osados y estar dispuestos a romper las reglas.
Caramba, este es un país que está cerca de elegir a su primer presidente afroamericano -- toda una transformación considerando que hace unas décadas Obama no hubiera podido sentarse en la parte delantera de un camión público.
La industria de los periódicos en este país tiene que ser más valiente. Claro, un problema es que como empresas públicas -- que cotizan en bolsa -- están más obsesionados con el crecimiento de sus ingresos que con el futuro y viabilidad de su fórmula. Lo he dicho muchas veces: ningún negocio vive de recortar costos.
Además, parte del problema yace en las gerencias y éstas no parecen tan preocupadas como los periodistas que están perdiendo sus empleos. Ayer mismo trascendió que el New York Times hará recortes, algo impensable hasta hace poco. Juan Antonio Giner, fundador de Innovation, ha criticado duramente y en numerosas ocasiones la pasividad y negligencia de la cúpula administrativa del medio. Y, lo cierto es que gran parte del problema es el canal de distribución y no tanto los contenidos.
Cuando veo lo que han hecho diarios en Inglaterra y España -- lanzar gratuitos viables y bien pensados (Qué de Recoletos), rediseñar redacciones enteras (The Daily Telegraph), cambiar el diario por completo (The Guardian), no entiendo porque los diarios estadounidenses se limitan a hacer un maquillaje a medias, a cambiarse de un edificio a otro o a lanzar productos para minorías que a nadie interesan.
Este país que está por dar un campanazo político se merece y exige pasos más atrevidos de la industria que supuestamente refleja a la opinión pública.
Además, no les queda de otra.

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