miércoles, 13 de agosto de 2008

The WELL, doce años después

Y hablando de Salon, me sorprendió recordar que hace años adquirieron The WELL y aún forma parte de su dominio. The WELL es una de las primeras verdaderas comunidades en línea que en sus pininos estaba basada en foros de discusión e intercambios por e-mail.
Hace exactamente doce años publiqué una nota en la revista mexicana Origina sobre The WELL y otros temas de "interactividad". Reproduzco aquí mil palabras de aquel mamotreto de 3,000:

INTERACTUANDO CON EL CIBERESPACIO

(…) ¿Qué influencia tiene la tecnología en las relaciones interpersonales actuales?
Ya el telégrafo, la prensa, el teléfono, el cine, la televisión y la radio han hecho lo suyo. Ahora los teléfonos celulares, bipers, la tecnología multimedia y el Internet, contribuyen a que las relaciones humanas, dentro de sectores sociales específicos, varíen en forma y contenido y, sobre todo, en usos. Está claro que los mensajes que se pueden transmitir por cada uno de los medios mencionados son, formalmente, distintos, lo que ha generado la implantación de un lenguaje específico y propio de cada uno de ellos. También, cada tecnología requiere de ciertas llaves (o códigos) y herramientas especiales para acceder o entrar a ellas, que fuerzan al individuo a innovar e incluir ciertas actitudes y acciones en su relación cotidiana con estos avances tecnológicos (como el acostumbrarse a marcar los dígitos necesarios para una comunicación telefónica, o el indicar la dirección que sirve en Internet para encontrar las páginas electrónicas, etcétera). Por eso, se vuelve común para el usuario utilizar una serie de palabras que sirven para manipular el medio o para enviar el tipo mensaje determinado que puede contener ese medio. (…)
Este sistema de comunicación por computadora se conoce como el CMC (Computer-Mediated Communications o, Comunicación Mediante Computadoras), que utiliza las líneas telefónicas comunes para transmitir su señal.
(…) Los tres niveles en los que el CMC influencia y transforma los hábitos, usos y acciones de la vida diaria:
1.- El primer nivel de influencia se refiere a como los avances de la tecnología en comunicaciones moldean algunas percepciones, pensamientos y personalidades individuales que son afectadas directamente por la forma en que usamos los medios y en la forma que estos nos usan (un ejemplo es la forma en que los videos de MTV han sensibilizado y cambiado la idea de estética que tienen los jóvenes, introduciendo al mundo las ediciones vertiginosas de imágenes muy seductoras). Los nacidos en la era de la televisión se han acomodado en los espacios CMC que mejor responden a sus necesidades y a su forma de expermientar el mundo. Asimismo, existe cierto vocabulario que surge de las millones de interacciones que se dan con los medios masivos de comunicación (hace 60 años, nadie identificaba las siglas T.V. con una caja que proyecta imágenes que recibe capturando las ondas hertzianas que viajan en distintos canales de frecuencia). En la Red también se ha generado un vocabulario especial que distingue sólo el iniciado (palabras como navegar, cliente, servidor, e-mail, página, dirección, entre miles más, tienen un significado muy particular para el usuario de Internet), lo que refleja como las personalidades cambian en la era de la saturación de los medios.
2.- El segundo cambio se refiere a la interacción persona- persona
dentro de comunidades virtuales o chat groups (grupos de conversación interactiva), donde relaciones, amistades y comunidades ocurren. El CMC permite la comunicación de “muchos con muchos”; el reto es ver si se puede crear un tipo de comunidad nueva. El conocer gente meses o años antes de verlas físicamente (Internet permite a la gene tener un contacto cordial con desconocidos) es una de las formas en el que el mundo de hoy es distinto al mundo del pasado (pre-módem).
Las comunidades virtuales son el ejemplo más evolucionado del tipo de relaciones que se pueden dar en la Red. Son agregados sociales que surgen cuando suficientes personas mantienen discusiones públicas por cierto tiempo y con pasión abiertamente humana, creando vínculos afectivos a partir de estas relaciones generadas dentro del ciberespacio. El WELL (Whole Earth ´Lectronic Link, http://www.well.com/) es un sistema de conferencias por computadora que permite a gente de todo el mundo mantener entrevistas, enviar e-mails y conversar entre sí. Para 1993 contaba ya con 8,000 miembros. Existen otras comunidades alrededor del mundo como TWICS en Tokio, LIX en Londres, CalvaCom en París, o Usenet, la red de discusión alrededor del mundo.
3.- El tercer cambio que permite esta tecnología es de tipo político. La política es una combinación de comunicación y poder físico y el rol que cumplen los medios de comunicación entre la ciudadanía es particularmente importante para una sociedad democrática. La importancia política del CMC recae en su capacidad de confrontar el monopolio existente de los medios y quizá el revitalizar y motivar la democracia sustentada en la actuación de la ciudadanía, permitirndo la discusión, difusión y confrontación de distintas ideas, puntos de vista y propuestas que busquen mejorar la calidad de vida del ciudadano común y a la sociedad en general.
(…) Algunos, no pocos, tienden a satanizar los avances tecnológicos y achacarles la decadencia de la humanidad; otros, al contrario, idealizan los cambios al grado de cargarlos de poderes proféticos y reivindicativos de la raza. Rheingold, en su libro ya mencionado, aclara esta idea: “Es importante no ignorar los cambios disparados por la tecnología en nuestra cultura porque implican modernos tabúes sociales; es importante también no obsesionarse con esos cambios.” Lo que nos queda claro es que la tecnología por sí sola no puede expresar su potencial: debe ser utilizada de forma inteligente y deliberada por gente consciente y preparada. Es en el uso (o el abuso) que el hombre dé a estas herramientas donde se encuentra su valor real; no se puede ignorar que es la humanidad la que da sentido, dispone, utiliza, orienta, determina, crea y define la tecnología y los usos que ésta tenga dentro de una sociedad determinada. Los avances tecnológicos, más allá de sus elementos innovadores y casi mágicos, no dejan de ser una herramienta más que el hombre usa para desarrollar su cultura. Lo importante es mantener una actitud crítica hacia los usos (y abusos, repito) que la sociedad dé a estas nuevas tecnologías y estar constantemente pendientes de los cambios y modificaciones socioculturales que se originen de esa relación.

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