miércoles, 31 de diciembre de 2008

FELIZ AÑO

2009 será, sin duda, un año interesante para las compañías de información en todo el mundo. En EEUU, por ejemplo, la inmovilidad y falta de creatividad de los últimos años será sustituida por una oleada de innovación y experimentación sin precedentes, con base en la situación desesperada de un sinnúmero de empresas periodísticas. Mientras en años pasados la implementación de proyectos digitales era voluntaria, ahora es obligatoria, lo que debe dar como resultado proyectos interesantes. La gente lee noticias en su PC, vía Internet, y esa es una realidad que las empreas noticiosas deben de aceptar. Luego está cómo harán dinero de transmitir sus contenidos por vías digitales -- algo que debe corregirse cuando los anunciantes tengan que pagar más por los websites una vez que los periódicos de papel desaparezcan en mercados locales y nacionales.
En Latinoamérica, que no ha salido bien librada de la crisis mundial, veremos algunas empresas cerrar, consolidaciones y ventas a multinacionales en busca de gangas. El periodismo en la región ha sido muy rentable, pero si el cierre de Palabra del Grupo Reforma dice algo es que los empresarios serios ya no están dispuestos a subsidiar sus proyectos solo por el aparente prestigio y poder que les traen. Publicar un diario cuesta mucho, y las ineficientes operaciones de familia tendrán que dar lugar a empresas de información mejor administradas. Y está por verse el alcance de Internet en la región, ya que esta tecnología se paralizó desde 2001 y por lo pronto no es una amenaza tan fuerte para los medios tradicionales como en los países desarrollados -- por lo pronto. Pero con la penetración de aparatos inalámbricos arriba del 70% en países como México, alguien descubirá en 2009 como llegarle a ese mercado móvil. Lo mismo en otros países en desarrollo, donde la penetración móvil supera con creces a la penetración de Internet.
Sin duda 2009 será un año fascinante. Unas empresas morirán, otras nacerán, algunas más se consolidarán. Pero no me queda la menor duda que el buen periodismo seguirá siendo un buen negocio -- lo que no está muy claro es bajo qué modelo de negocios.
¡FELIZ AÑO!

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